Como periodista y político [editar]
Entre 1928 y 1930 fundó y dirigió el periódico Patria,2 en
el cual hacía denuncia social y abogaba por la justicia para con los más
necesitados en el marco de la pobreza generalizada del país. Trabajó periódicos
y revistas nacionales e internacionales, fue redactor de los diarios El Chileno
y El Mercurio, de Santiago de Chile; el semanario La Reforma, diario Los
obreros unidos; en las revistas La República de Centroamérica, Actualidades,
Bibliográfica Científico-Literaria, El Simiente y otros.4
Entre 1928 y 1930 fundó y dirigió el periódico Patria,2 en el cual hacía denuncia social y abogaba por la justicia para con los más necesitados en el marco de la pobreza generalizada del país. Trabajó periódicos y revistas nacionales e internacionales, fue redactor de los diarios El Chileno y El Mercurio, de Santiago de Chile; el semanario La Reforma, diario Los obreros unidos; en las revistas La República de Centroamérica, Actualidades, Bibliográfica Científico-Literaria, El Simiente y otros.4
Inició su carrera política al ser nombrado cónsul de El Salvador en Argentina (1901), Chile (1902), Costa Rica (1907) y Bélgica (1910),5así como en la Corte Internacional de Justicia en 1912;4 además se desempeñó como archivero de la contaduría mayor de la nación, redactor y director del Diario Oficial (1892),6 Secretario del Instituto Nacional (1890) y Asesor del Ministerio de Instrucción Pública (1916).4 Bajo la premisa fundamental de la lucha pacífica por los derechos de cada individuo, se convirtió en el ideólogo y director de la campaña política que en 1930 llevó a la presidencia al ingeniero Arturo Araujo. Ese mismo año fue electo como diputado nacional, y se separó políticamente del presidente y de sus posturas.2
Tras su derrota política y moral por el estallido de la violencia que trató de contener, se exilió en Honduras, donde falleció víctima de su endeble salud y por parada cardiorrespiratoria. Durante toda su vida adoleció de diversas enfermedades como tuberculosis, sífilis, severas neumonías y una serie de serios accidentes cardiovasculares los cuales lo dejaron postrado en una silla de ruedas por periodos cortos en más que numerosas ocasiones, pasando casi la mitad de su vida en una de ellas. Los detalles escabrosos de su muerte son desconocidos puesto que falleció en soledad.9 Por este mismo motivo, se ha levantado un debate acerca del sitio de su muerte, pudiendo encontrar minoritariamente fuentes que afirman que falleció en San Salvador.4
En homenaje a Masferrer, existen diversas escuelas, universidades, plazas y monumentos que llevan su nombre, honrándole a nivel oficial y reconociendo su fuerte influencia sobre las generaciones de educandos y literatos nacionales. Además, por decreto legislativo del 30 de agosto de 1949, la tumba de Masferrer se considera monumento nacional.4
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